Hoy más que nunca se convierte en una ‘virtud’ fastidiosa que debe ser desafiada con valentía para ejercer nuestra identidad y sexualidad como nos plazca… Si tan virtuoso es el pudor, no habrá problema con dejarlo guardado en casa.
Hoy más que nunca se convierte en una ‘virtud’ fastidiosa que debe ser desafiada con valentía para ejercer nuestra identidad y sexualidad como nos plazca… Si tan virtuoso es el pudor, no habrá problema con dejarlo guardado en casa.